Llamamos cistitis a una infección urinaria que afecta a la vejiga. La infección urinaria es la enfermedad más frecuente del aparato urinario y de todo el organismo después de las respiratorias. En el ámbito hospitalario es la infección más usual. Se define como la presencia de gérmenes en la orina. Habitualmente son bacterias (bacteriana) y excepcionalmente, hongos (micótica) o virus (vírica). Se pone en evidencia mediante el cultivo de la orina en medios de crecimiento apropiados.
Los gérmenes habituales proceden de las heces (enterobacterias). El protagonista absoluto es el Escherichia Coli, responsable del 85% de las infecciones no complicadas en mujeres sexualmente activas, del 70% de las infecciones no complicadas del adulto y del 50% de las infecciones hospitalarias.
Después del E. Coli, los gérmenes más comunes son: Proteus, Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter, Pseudomona, Serratia, Stafilococo Streptococo Faecalis y, especialmente, el Stafilococo Saprofíticus (15% de las infecciones en mujeres sexualmente activas).
La cistitis se define por un cuadro clínico característico de dolor o escozor miccional, frecuencia miccional muy aumentada y escasa (polaquiuria), sensación permanente de deseo miccional (tenesmo) y a veces orina sanguinolenta (hematuria). El cuadro cursa siempre sin fiebre. Si hay fiebre, indica que además otro órgano está afectado. En un varón puede ser la próstata el órgano afectado. El cuadro se denomina prostatitis aguda. Si el órgano afectado es el riñón, el cuadro se denomina pielonefritis aguda y se caracteriza por fiebre, escalofríos, dolor lumbar, malestar..., acompañado de bacteriuria significativa.
La pielonefritis aguda, bien tratada, cura en general sin secuelas, pero en determinadas ocasiones (especialmente cuando existe reflujo vésico-renal u obstrucción), la enfermedad sigue su curso y produce lesiones inflamatorias y cicatriciales que atrofian el riñón y se identifican radiológicamente. El cuadro se denomina pielonefritis crónica.
Hay factores demográficos (pobreza, ambiente nosocomial -hospitalario-, embarazo), urológicos (sondas, anomalías, cálculos, obstrucción), médicos (diabetes, inmunosupresión) y de comportamiento (los anticonceptivos tipo barrera aumentan cuatro veces el índice de infección, el riesgo aumenta 40 veces en la mujer sexualmente activa) que facilitan la infección urinaria.
A pesar de ello, hay situaciones en las que la predisposición es más importante: Diabetes: El número de infecciones es más elevado en las mujeres diabéticas, pero no en los hombres. Sin embargo, cuando un diabético tiene infección, suele ser más agresiva. Embarazo: incluye un riesgo mayor de bacteriuria asintomática que, si no se trata, puede provocar pielonefritis en el último trimestre.
En la litiasis infecciosa, los cálculos de Estruvita son consecuencia de infección. La infección no desaparecerá mientras los cálculos no se eliminen, o bien, Obstrucción: el factor de riesgo más importante. Permite un mayor crecimiento y penetración intrarenal de los gérmenes y es decisivo en la destrucción renal.
La composición del "EQUISETO" (Equisetum arvense, Linnaeus, 1753) incluye: sílice, resinas, sales de potasio, y diversos ácidos (aconítico y gálico). Su uso más conocido es como diurético. El uso de equiseto se recomienda a personas que están reteniendo líquidos.
Así mismo su contenido en minerales ayuda a compensar la pérdida de minerales causada por la diuresis. Es una excelente alternativa en casos de prostatitis, cistitis e infecciones renales.
(Fuente: https://hierbasyplantasmedicinales.com/propiedades-medicinales-equiseto-mayor/)