Con el paso del tiempo, naturalmente se producen cambios en todos los organismos vivos. Los más evidentes son los cambios anatómicos, pero los más importantes son los cambios en el funcionamiento de los órganos y sistemas de nuestro organismo.
En general, crecemos hasta los 40 años y luego comenzamos a perder 1,25 mm por año (aproximadamente 5 cm. de pérdida a los 80 años). Esto se debe a la compactación de los discos intervertebrales, aumento de la flexión de caderas y rodillas y aplanamiento del arco del pie.
A los 80 años hay una pérdida de hasta 40% de masa muscular y los tendones se rigidizan. El aumento de velocidad de reabsorción ósea produce osteoporosis, más marcada en mujeres.
Hay un leve aumento de tamaño de la aurícula izquierda. La acumulación de tejido conectivo sub endotelial produce vasos más rígidos e irregulares. La aorta se dilata. Existe alteración y disminución de amplitud de los ritmos de cortisol plasmático, temperatura corporal y acortamiento del ciclo sueño-vigilia.
Además, los ciclos se desincronizan (melatonina, hormona del crecimiento, gonadotrofinas). Disminuye la capacidad de variar la frecuencia cardiaca y presión arterial ante situaciones de estrés.
La disminución de acidez de la piel altera la flora bacteriana, que junto al adelgazamiento facilita pequeñas erosiones y favorecen las infecciones de piel. Hay menos producción de mucus en la vejiga y los bronquios, lo que permite que micro-organismos se adhieran a su superficie, favoreciendo la infección.
La respuesta de producción de anticuerpos está disminuida y hay cambios en la sensibilidad y función de los macrófagos, que son claves en la regulación de la respuesta inmune.
La "ARGININA" presenta una serie de propiedades que le atribuyen una serie de beneficios y le otorgan una cierta importancia para el mantenimiento de la salud del organismo.
En el organismo, el aminoácido arginina es precursor del óxido nítrico (NO), un potente neurotransmisor que ayuda a la relajación de los capilares sanguíneos, consiguiendo mejorar el riego y la circulación.
En este sentido, uno de los puntos importantes de la arginina es que puede mejorar el flujo sanguíneo en las arterias, y de tal modo, conseguir una mejor respuesta del corazón, reduciendo en cierta medida el esfuerzo en cada latido.
El efecto positivo de la L-arginina sobre el sistema inmunitario también ha sido demostrado en diversas ocasiones. En varios estudios se pudo constatar una actividad significativamente mayor de las células inmunitarias, así como la formación de colágeno en la cicatrización de heridas.
Otra propiedad de la arginina es que está presente en muchos procesos de los denominados de recuperación nocturnos que, como bien sabrás, son de vital importancia para reparar la musculatura del desgaste diario.
Otra de las propiedades estrella de la arginina es precisamente que potencia la síntesis de colágeno, es decir, acelerará tus recuperaciones tanto en piel como en articulaciones.
La raíz y el rizoma de la CURCUMA-PLANTA (Curcuma jonga L.) contienen curcumoides y curcuminas, materias colorantes a las que se atribuyen claros efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Contienen asimismo un aceite esencial con zingibereno, polisacáridos y sales minerales como hierro y potasio.
La curcumina es un poderoso antioxidante que reduce de manera considerable el daño que los radicales libres hacen a las células. La curcumina resulta asimismo ventajosa para el sistema cardiovascular. También tiene algo que aportar frente a las enferme
(Fuente: https://www.hsnstore.com/blog/arginina/)