El envejecimiento no es parejo en los individuos y existe una gran heterogeneidad en la respuesta fisiológica. La característica del envejecimiento es la dependencia progresiva de las reservas homeostáticas, a veces referida como nomeostenosis.
A medida que la edad avanza, la mayoría de los sistemas orgánicos muestra una reducción fisiológica de su funcionamiento, aunque la velocidad varía entre los sistemas en un mismo individuo e interindividual.
Se produce una reducción funcional y de la capacidad de reparación y se presentan deficiencias orgánicas.
El mayor riesgo de la pérdida de la reserva funcional está exacerbado por la mayor prevalencia de enfermedades coexistentes.
En la piel se producen varios cambios estructurales secundarios a una combinación de cambios degenerativos progresivos, cambios fisiológicos intrínsecos e insultos extrínsecos sobrepuestos.
Los cambios fisiológicos incluyen el deterioro de la función de barrera, la reducción del recambio de células epidérmicas y la disminución del número de queratocitos y fibroblastos.
También es común observar la reducción de la red vascular, particularmente alrededor de los bulbos pilosos y las glándulas, manifestándose como fibrosis y atrofia cutánea. También se producen cambios en la función cutánea, por ejemplo, la reducción de la síntesis de vitamina D.
Estos cambios, que además están exacerbados por la menor capacidad para afectar la reparación de la piel, contribuyen a la aparición de varias patologías como el foto envejecimiento, la insuficiencia vascular que puede causar dermatitis por estasis, y la mayor susceptibilidad a las lesiones cutáneas, incluyendo las úlceras por decúbito y los desgarros de la piel.
La senescencia inmunológica paralela hace que la piel sea vulnerable a patologías como las infecciones virales e infecciosas, y las neoplasias.
Además, el aporte insuficiente de micronutrientes puede acelerar el proceso natural de envejecimiento y propiciar la reducción de los procesos de regeneración celular y respuesta inmune, la pérdida de la agudeza visual y auditiva, así como la discapacidad intelectual.
A ello se suma que las enfermedades crónicas relacionadas con la edad, tales como las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis, la diabetes y el cáncer, pueden aumentar el requerimiento de micronutrientes.
El "PASTO DE CEBADA" es una fuente rica de vitaminas, minerales y proteínas que pueden ser utilizadas por el cuerpo humano. Contiene betacaroteno, vitamina B1, B2, B12, ácido fólico, ácido pantoténico, potasio, calcio, hierro, fósforo, magnesio y más.
Es muy rico en antioxidantes. Estos compuestos ayudan a combatir los radicales libres y evitar el daño celular en el cuerpo.
(Fuente: http://adelgaza20.com/3391/los-increibles-beneficios-del-pasto-de-cebada/)
EXTRACTOS VEGETALES DE:
ACEITILLA DE AGUA-HOJAS (Bidens beckii Torr. ex Spreng.)
TORONJIL-HOJAS (Melissa officinalis, L.)
LAUREL COMúN-HOJAS (Laurus nobilis, L.)
LúPULO-HOJAS (Humulus lupulus L.)