La diabetes mellitus es un conjunto de trastornos metabólicos que afecta a diferentes órganos y tejidos, es crónica y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre: hiperglucemia. La causan varios trastornos, siendo el principal la baja producción de la hormona insulina, secretada por las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su inadecuado uso por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas.
La diabetes mellitus y su comorbilidad constituyen una importante causa de preocupación en salud pública. La American Diabetes Association (ADA), clasifica la diabetes mellitus en 4 tipos: La diabetes mellitus tipo 1está causada por un defecto que provoca un trastorno autoinmune (son las propias defensas las que destruyen las células necesarias del páncreas) lo que conlleva una deficiencia absoluta de insulina.
En estos casos el tratamiento son las inyecciones de insulina, y aunque las causas exactas se desconocen, se sabe que son una mezcla de predisposición genética y otros factores como la dieta, infecciones o el estrés entre otros. Este tipo de diabetes suele aparecer durante la infancia o adolescencia, aunque su aparición puede prorrogarse hasta los 30 años.
La diabetes mellitus tipo 2 o no insulinodependiente viene provocada como consecuencia de un defecto progresivo en la secreción de insulina y suele aparecer en la edad adulta, aunque los especialistas avisan de que cada vez se detectan más casos en niños y adolescentes, afectados también por obesidad.
En este caso, las causas son un poco diferentes, ya que normalmente se asocia a obesidad provocada por una alimentación inadecuada, combinada con inactividad física. Por tanto, este tipo de diabetes se puede prevenir mucho mejor que la del tipo 1.
La diabetes gestacional, la cual es diagnosticada durante el embarazo y otros tipos de diabetes ocasionados por causas diferentes.
El “AJO NEGRO” (Allium nigrum) es un aliado en la lucha contra la diabetes, puesto que su consumo regular genera una reducción significativa en los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 1 (diabéticos insulino-dependientes), triglicéridos, colesterol malo (LDL) y los niveles de colesterol totales. Además, puede regular la actividad de la insulina, ayudando a que actúe más eficazmente.
Además fortalece el sistema inmunológico y tiene un efecto hipotensor en personas con presión alta, mejorando su circulación sanguínea, ajustando la presión arterial y el azúcar en sangre.
El Diario de Bioquímica y Nutrición Clínica en el mes de mayo del 2007 hizo público un estudio controlado el cual se encargó de analizar los efectos de la “MORINGA” (Moringa oleifera) en relación a la glucosa en sangre de ratas. Las ratas que consumieron el polvo de moringa, según este estudio, evidenciaron signos de tolerancia mejorada a la glucosa en comparación a las ratas en el grupo de control.
El International Journal of Health & Nutrition en febrero del año 2011 publicó la información de un estudio donde se le suministró a pacientes humanos un suplemento basado en la hoja de moringa por tres meses. Estos pacientes fueron controlados y monitoreados para observar los cambios en el nivel de la glucosa en sangre, después de cada mes de consumir el suplemento. Dichos pacientes disminuyeron sus niveles de glucosa en la sangre cada mes después de tomar el suplemento. En el tercer mes se pudo evidenciar una disminución significativa en estos pacientes.
(Fuente: http://blog.lodeperez.com/diabetes-con-ajo-negro-y-canela/)
