A menudo pensamos en la piel como una barrera que resguarda el interior de nuestros cuerpos y nos separa del mundo exterior. Sin embargo, la piel también está compuesta de células especiales del Sistema inmunitario, que protegen a la piel y al cuerpo contra virus, bacterias y otras amenazas.
Cuando estas células detectan una sustancia sospechosa, comienzan una reacción en cadena en la piel que lleva a una inflamación. El nombre médico de esta reacción esdermatitis, pero es mejor conocida como sarpullido.
Los compuestos activos primarios de la "CALéNDULA" (Calendula officinalis) incluyen triterpenos (antiinflamatorios) y flavonoides por lo que los pétalos de caléndula tienen propiedades antibacteriarias y antivirus, antiinflamatorias, astringentes y antisépticas.
Sirve para curar heridas ya que estimula la cicatrización y regeneración de la piel lesionada. Esto lo logra al promover un aumento en la producción colágeno. Por otra parte, destaca la acción de sus componentes: carotenos y flavonoides, que fortalecen la piel y evitan las agresiones externas.
Se emplea sobre todo para combatir la resequedad y las molestias derivadas de quemaduras. De hecho, se suele utilizar especialmente para eliminar las grietas y callosidades en las manos y los pies.
(Fuente: Rojas Alba Mario. Tratado de Medicina Tradicional, tomo I, Editorial Tlahui, México, 2006)
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