La resequedad de la piel se produce cuando ésta pierde demasiada agua y aceite. La resequedad de la piel es común y puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. Los síntomas de la resequedad de la piel abarcan:
Descamación, descascarado o exfoliación de la piel.
Piel que se siente áspera.
Rigidez de la piel, especialmente después del baño.
Picazón.
Grietas en la piel que pueden sangrar.
Usted puede presentar resequedad de la piel en cualquier parte del cuerpo, pero comúnmente aparece en las manos, los pies, los brazos y la parte inferior de las piernas.
Con los años la piel va perdiendo dos componentes básicos, colágeno y elastina lo que provoca resequedad y hendiduras tipo cicatriz en el tejido cutáneo generando la aparición de arrugas.
El ACEITE DE CHINCHILLA es rico en tocoferoles, ceramidas, aminoácidos e hidrolizados proteicos y queratina.
Estos activos tienen grandes beneficios en productos faciales, corporales y capilares. Sus propiedades actúan como regeneradoras a nivel celular al estimular los fibroblastos (células del tejido conectivo de la piel), brindando efectos revitalizantes, tónicos, humectantes y de reparación.
Lo que permite combatir resequedad y flacidez.
Beneficia el área de los ojos pues al ser un tipo de piel delgada y delicada que no tiene glándulas sebáceas, es la primera zona donde aparecen los signos del envejecimiento.
El cuello y garganta son la segunda área en notarse las señales de vejez, el uso frecuente del aceite de chinchilla hace ver a la piel suave, lisa y joven.
(Fuente: https://chinchillamx.wordpress.com/2012/06/22/)
ACEITE DE CACAHUANANCHE (Licania arborea Seem.)
ACEITE DE VERBENA (Verbena officinalis L.)
ACEITE DE ROMERO (Rosmarinus officinalis L.)
ACEITE DE ROBLE (Quercus robur L.)