La piel sensible es un fenómeno complejo, a veces bastante difícil de diagnosticar. Podríamos definirla como aquella piel que presenta una respuesta exacerbada frente a determinados productos o situaciones bien toleradas por las pieles normales.
Es decir, el umbral de sensibilidad está disminuido, las terminaciones nerviosas a nivel de la piel son más sensibles y todo ello da lugar a que tengan manifestaciones de diferentes tipos, muchas de ellas subjetivas (picor, escozor, tirantez, calor, ardor, falta de confort...).
También puede haber algunas manifestaciones palpables (rojeces, descamación...). Hay muchos factores que pueden provocar su aparición o su agravamiento. Pueden ser externos, como el clima, radiaciones solares, contaminación, cosméticos inadecuados, toma de ciertos medicamentos, tratamientos estéticos pero también internos: fatiga, estrés, alimentación desequilibrada, ciertas patologías de la piel.
Cuando la barrera protectora natural de la piel se rompe, es muy probable que bacterias penetren en el cuerpo y que se produzca una cara pérdida de agua. Esto provoca la sensibilidad en la piel cuyos síntomas más habituales son: enrojecimiento o erupción de la piel, descamación, hinchazón, piel áspera o seca,picor, tirantez, etc.
Es más frecuente que la sensibilidad se desarrolle en la cara, el cuello y el escote, pero es probable que aparezca en otras zonas como el cuero cabelludo y las extremidades.
Aunque comparte algunas similitudes con la piel seca, tanto las causas como los remedios para combatirla son diferentes. Las causas más comunes de sensibilidad en la piel son las siguientes: Envejecimiento. Con el paso de los años, se produce un desequilibrio del pH y una mayor pérdida de agua en la dermis lo cual favorece la sensibilización de la piel.
También el desequilibrio hormonal. Sobre todo durante el ciclo menstrual, la adolescencia o la menopausia, así como factores de riesgo como padecer dermatitis atópica, acné o hipersensibilidad, entre otros.
El "TEPEZCOHUITE" (Mimosa tenuiflora, Pairet) contiene saponina, alcaloides, flavonoides y taninos. Por sus propiedades reconstructivas y sanadoras ayuda a tratar todo tipo de afecciones de piel como acné, psoriasis, dermatitis, sarpullido, irritación de la piel, herpes, piel marchita, manchas en la piel, quemaduras solares, enrojecimiento de la piel por el sol, hongos, etc.
Además, rejuvenece la piel debido a su gran contenido en antioxidantes y a que sus componentes estimulan la producción de elastina y colágeno en la piel.
Un tratamiento constante a base de tepezcohuite ayudará a desvanecer arrugas o líneas de expresión, y dará al cutis lozanía, frescura y juventud.
(Fuente: https://www.plantas-medicinales.es/tepezcohuite-la-planta-curativa-de-la-piel/)
CREMA DE CONCHA NáCAR
ACEITE DE TEPEZCOHUITE (Mimosa tenuiflora)
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ACEITE DE HEMP (Cannabis sativa)
MENOS DEL 1% DEL THC
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