El término estreñimiento, más que una enfermedad en sí misma, hace referencia a la apreciación de cada individuo sobre su hábito intestinal. Dado el amplio margen de hábitos intestinales normales, resulta muy difícil definir el estreñimiento con exactitud.
En la práctica se utiliza como criterio más objetivo la frecuencia de la defecación, considerándose estreñido al individuo que realiza menos de tres deposiciones semanales.
Sin embargo, este criterio no es suficiente por sí mismo, ya que muchos pacientes con estreñimiento refieren una frecuencia normal pero con otras molestias subjetivas, como un esfuerzo excesivo, heces muy duras o una sensación de evacuación incompleta.
La causa más frecuente de estreñimiento hoy en día son los factores dietéticos, especialmente la falta de fibra en la dieta. Otras veces, el estreñimiento está relacionado con diferentes enfermedades que padece la persona y es un síntoma frecuente en pacientes con diabetes y enfermedades del tiroides.
También pueden producir estreñimiento algunos medicamentos que se utilizan para tratar el dolor, la depresión y algunas enfermedades del corazón.
En el caso de que junto con el estreñimiento haya dolor, aparezca sangre en la deposición o el paciente haya perdido peso, la causa puede ser un tumor en el intestino.
Los síntomas varían dependiendo de cada paciente ya que en cada persona el estreñimiento presenta unas características diferentes.
Los síntomas más comunes son deposiciones menos de tres veces a la semana, dificultad para ir al baño, heces duras, presencia de gases o dolor al defecar.
Existe el estreñimiento pasajero, que surge de forma temporal por una causa externa relacionada con un cambio de dieta, de ritmo de vida, vacaciones, estrés, falta de ejercicio, toma de un medicamento... Cuando desaparece esta causa, se retoma el ritmo normal.
También el estreñimiento crónico o habitual, que se produce durante largos periodos de tiempo. En estos casos hay que establecer un diagnóstico para descartar que lo provoque una enfermedad y adoptar hábitos saludables que restablezcan el ritmo normal de la defecación.
El "DIENTE DE LEóN" (Taraxacum officinale, Wiggers) actúa como estimulante, fortalecedor y laxante suave en el sistema digestivo. Esto significa que quienes tienen una mala digestión o sufren los efectos negativos de la carne, grasas, alimentos fritos, medicamentos y café pueden sentir alivio al consumir un té de hojas de diente de león.
Asimismo facilita la producción de saliva y del ácido estomacal necesario para la digestión. Es importante evitar el exceso para limitar el riesgo de sobreproducción de ácidos estomacales.
Es un suave laxante, un tónico amargo que estimula el apetito en personas convalecientes, aumenta la producción de bilis, alivia el estreñimiento y los trastornos gástricos.
(Fuente: https://mejorconsalud.com/diente-de-leon-para-que-sirve/)
COLáGENO HIDROLIZADO
CúRCUMA (Curcuma longa)
MSM (Metilsulfonilmetano)
VITAMINA B5
VITAMINA B6
VITAMINA C
VITAMINA D
VITAMINA K
CALCIO DE CORAL
MAGNESIO
SULFATO DE GLUCOSAMINA
DURAZNO.
PEYOTE ANDINO (Matucana medisoniorum)
ACEITE DE HEMP
ACEITE DE SAN FRANCISCO
ACEITE DEL áRBOL DEL Té
ACEITE DE NEEM
ACEITE DE BAOBAB
ACEITE DE CASTOR
ACEITE DE GAULTERIA
MANTECA DE KARITé
JENGIBRE
BALM MENTHOL
CUMARINA
MUZGO DE IRLANDA
ALGA ROJA
GARCINIA
RAíZ DE TEJOCOTE
CAFEINA
EXTRACTO DE ZARGAZO
CAPSAICINA
GUARANá
L-CARNITINA
VITAMINA F
ALCANFOR
ACEITE DE COCO
COLáGENO HIDROLIZADO
CÚRCUMA (Curcuma longa)
MSM (Metilsulfonilmetano)
VITAMINA B5
VITAMINA B6
VITAMINA C
VITAMINA D
VITAMINA K
CALCIO DE CORAL
MAGNESIO
SULFATO DE GLUCOSAMINA
PIÑA TROPICAL