El síndrome de fatiga crónica es un trastorno complejo caracterizado por fatiga extrema que no puede atribuirse a ninguna enfermedad preexistente. La fatiga puede empeorar con la actividad física o mental, pero no mejora con el descanso.
Esta afección también se conoce como «enfermedad sistémica por intolerancia al esfuerzo» o «encefalomielitis miálgica». A veces, se abrevia «EM/SFC».
La causa del síndrome de fatiga crónica es desconocida, aunque existen muchas teorías, que van de las infecciones virales al estrés psicológico. Algunos expertos creen que el síndrome de fatiga crónica puede desencadenarse por una combinación de factores.
Algunos de los signos y síntomas son: Fatiga, Pérdida de memoria o concentración, dolor de garganta, agrandamiento de los ganglios linfáticos del cuello o las axilas, dolor articular o muscular sin causa aparente, dolores de cabeza, sueño no reparador y agotamiento extremo que dura más de 24 horas después de realizar ejercicio físico o mental.
Las personas que tienen síndrome de fatiga crónica parecen ser hipersensibles incluso a cantidades normales de ejercicio y actividad.
Todavía se desconoce el motivo por el cual esto ocurre en algunas personas y en otras no. Es posible que algunas personas nazcan con una predisposición al trastorno que después se desencadena por una combinación de factores. Los posibles desencadenantes comprenden:
Infecciones virales. Debido a que algunas personas desarrollan el síndrome de fatiga crónica después de tener una infección viral, los investigadores se preguntan si es posible que sean los virus los que desencadenan el trastorno.
Entre los virus sospechosos se encuentran el virus de Epstein-Barr, el virus del herpes humano 6 y los virus de la leucemia del ratón. Todavía no se ha encontrado un vínculo concluyente.
Problemas del sistema inmunitario. El sistema inmunitario de las personas que tienen síndrome de fatiga crónica parece estar levemente afectado, pero no está claro si este deterioro es suficiente como para causar efectivamente este trastorno.
Desequilibrios hormonales. Las personas que padecen el síndrome de fatiga crónica a veces también tienen niveles anormales en sangre de las hormonas que se producen en el hipotálamo, en la hipófisis o en las glándulas suprarrenales. Pero todavía se desconoce la importancia de estas anormalidades.
El "ACEITE DE GINSENG DE ALASKA" (Oplopanax horridus (Sm.)Miq,) cuenta con unas sustancias activas muy importantes, llamadas ginsenósidos, además de otras como vitaminas del grupo B, aceite esencial, vitamina C y aminoácidos, por destacar algunos.
Los antiguos griegos utilizaban el ginseng como una planta curalotodo: sistema inmune, fatiga, estrés, diabetes, etc.
Los gingenósidos de los que hablábamos antes incrementan la producción de linfocitos, reforzando el sistema inmunológico en caso de tos, gripes, bronquitis, etc. Además, reduce la fatiga y la sensación de cansancio físico y mental, así como la depresión.
(Fuente: https://www.vidanaturalia.com/ginseng-propiedades-y-beneficios-en-la-salud/)
PROTEíNA DE SOYA VERDE
PROTEíNA DE ARROZ INTEGRAL
PROTEíNA DE CHíCHARO
EXTRACTO DE SEMILLA DE UVA
L-CARNITINA
LECITINA DE SOYA
LEVADURA DE CERVEZA
MANGOSTáN (Garcinia mangostana)
GOJI (Lycium barbarum)
EXTRACTO DE STEVIA (Stevia rebaudiana)
VAINILLA
CALCIO
FóSFORO
MAGNESIO
HIERRO
ZINC
MANGANESO
COBRE
VITAMINA B1
VITAMINA B2
VITAMINA B3
VITAMINA B5
VITAMINA B7
VITAMINA B9
VITAMINA B12
VITAMINA A
VITAMINA C
VITAMINA D
VITAMINA E
VITAMINA K