Un sistema inmunológico débil es importante identificar para evitar aparezcan infecciones y/o enfermedades. Es el defensor del organismo, nuestro médico interno. Es el que está constantemente activo para garantizar la protección del organismo. Como si fuera un portero de discoteca dejando o no pasar según qué personas. Sin el sistema inmune no podríamos vivir, ya que pasarían todos los agentes tóxicos, bacterias, virus, etc. sin problema.
Las principales alteraciones inmunitarias son inmunodeficiencia: bajo número de células inmunitarias o si las hay, la actividad es deficiente, y como consecuencia el organismo no puede defenderse ante virus, hongos, bacterias, etc. manifestando debilidad e infecciones recurrentes o crónicas (gripe, resfriados, infecciones urinarias, renales o hepáticas)
También lo es la hipersensibilidad inmune: células inmunes que defienden de forma exagerada ante la presencia de una sustancia inocente para la mayoría de personas, provocando reacción inflamatoria, lo más común es "alergia", así como la inmunopatología: en lugar de defendernos, algunas de estas células producen anticuerpos contra algún tejido propio causando daños y lesiones, tales como enfermedad autoinmune o autoagresión inmune (artritis-reumatoide, diabetes tipo 1, lupus, enfermedad de Crohn, psoriasis...). Las células protectoras de nuestro organismo son los llamados linfocitos y son un tipo de glóbulos blancos. Los linfocitos son los encargados de atacar precisamente esos organismos que nos causan las enfermedades y se encuentran situadas en el timo, el bazo y la médula ósea. Son los llamados "órganos linfáticos".
Si por la razón que sea disponemos en un momento dado de un bajo nivel de leucocitos, dejaremos de poder hacer frente a esos elementos externos que nos enferman. Es importante pues, estar alerta a un determinado tipo de señales. Además de ir al médico, que es quién debe determinar el origen de esa debilidad para que podamos hacerle frente.
Los síntomas de las defensas bajas son varios: fatiga física y mental, sofocos, falta de claridad, así como otras manifestaciones sintomáticas como la pérdida de cabello e, incluso, la aparición de síntomas gripales. Estos síntomas, además de constatar que algo no va bien en nuestro organismo, también pueden afectar a nuestra calidad de vida y mermar nuestras energías para afrontar las actividades diarias.
Las causas de los sistemas inmunitarios debilitados pueden ser diversas. En ocasiones se puede llegar a tener las defensas bajas debido a factores estrictamente ambientales, como el cambio de estación, el frío, la humedad o la excesiva exposición a los rayos del sol.
Pero también hay otros factores que afectan, como por ejemplo, su vinculación con otras patologías, como los problemas de tensión e, incluso, el uso incontrolado de antibióticos. El abuso del alcohol y una dieta poco equilibrada -demasiada rica en grasas saturadas, alimentos refinados y pobre en frutas y verduras- pueden ser la base de un debilitamiento del sistema inmunológico.
El "PROPóLEO" es una sustancia elaborada por las abejas a partir de productos de origen vegetal para proteger sus colmenas, que actúa como antiséptico, antiviral y antiinflamatorio. Históricamente se ha utilizado para tratar catarros de las vías respiratorias altas, resfriado común, gripe, sinusitis, otitis, laringitis, bronquitis, asma bronquial, neumonía crónica o tuberculosis pulmonar.
Además de prevenir los catarros y resfriados tan comunes en estas fechas y que tan molestos son para los deportistas, refuerza el sistema inmunológico contra virus y bacterias. Por ello es considerado como uno de los mejores suplementos naturales para fortalecer las defensas. (Fuente: http://www.wangconnection.com/fortalece-tu-sistema-inmunologico-con-propoleo/)
GRASA MINERAL
ACEITE ESENCIAL DE ENCINA DE MAR(Fucus serratus L.)
ACEITE DE ROMERO (Rosmarinus officinalis L.)
ACEITE DE GERMEN DE TRIGO (Triticum aestivum L.)
PULPA DE SáBILA (Aloe barbadensis Mill.(1768)
LANOLINA
ACEITE DE TORONJILES (Melissa oficinalis L.)
ALCANFLOR
GOMA DE OCOTE-(Pinus teocote Schiede ex Schltdl.& Cham.)
ACEITE DE ROMERO (Rosmarinus officinalis L.).