Los coágulos de sangre son masas de sangre semi-sólida. Normalmente la sangre fluye libremente por las venas and arterias. Algo de coagulación sanguínea, o coagulación, es necesaria y normal. La coagulación de la sangre ayuda a detener el sangrado, si usted se ha cortado o lastimado. Sin embargo, mucha coagulación puede causar serias complicaciones.
Luego de su formación, un coágulo sanguíneo puede permancer estacionario (denominado trombosis) y bloquear el flujo, o romperse (llamado embolismo) y viajar a varias partes del cuerpo.
Hay dos tipos diferentes de coágulos:
Los coágulos arteriales son los que se forman en las arterias. Una vez formados, los coágulos arteriales causan síntomas inmediatamente. El hecho de que este tipo de coágulo no permite que el oxígeno llegue a los órganos vitales, puede causar una variedad de complicaciones tales como ataques cerebrales, ataques cardíacos, parálisis y dolor intenso.
Los coágulos venosos son aquellos que se forman en las venas. Los coágulos venosos, por lo general, se forman lentamente durante un período de tiempo. Los síntomas de los coágulos sanguíneos venosos se hacen más notables en forma gradual.
Los coágulos sanguíneos pueden formarse en muchas partes diferentes del cuerpo, presentando en cada área síntomas diferentes:
Piernas y brazos: los síntomas de los coágulos sanguíneos en las piernas y en los brazos varían y pueden incluir dolor o calambres, hinchazón, sensibilidad, calor al tacto, o piel de color azulada o enrojecida. Los coágulos que ocurren en venas grandes se denominan trombosis venosa profunda (TVP). Los coágulos sanguíneos también pueden ocurrir en venas más pequeñas, más superficiales (más cercanas a la piel).
Corazón: síntomas comunes de los coágulos sanguíneos en el corazón incluyen dolor en el pecho y el brazo izquierdo, transpiración y dificultad para respirar.
Pulmones: los síntomas más comunes incluyen falta de aliento o dificultad para respirar, dolor de pecho y tos. Otros síntomas que podrían o no ocurrir son transpiración, piel decolorada, hinchazón de las piernas, latido del corazón y/o pulso irregular y mareos.
Cerebro: los pacientes con coágulos sanguíneos en sus cerebros pueden experimentar problemas con la visión o el habla, ataques cerebrales y debilidad generalizada.
Abdomen: los síntomas de coágulos sanguíneos abdominales pueden incluir dolor abdominal severo, náuseas, vómitos y diarrea, y/o materia fecal con sangre.
Un coágulo sanguíneo puede ser mortal dependiendo de la ubicación y la severidad.
El "ACEITE DE SALMóN" cuenta con propiedades que resultan altamente benéficas para el cuerpo, ya que además de estar compuesto por Omega 3, EPA y DHA, también aporta una serie de minerales hasta 25 veces más que cualquier otro alimento de origen animal.
Entre estos, destacan la presencia de vitaminas liposolubles que son necesarias para mantener los huesos fuertes (vitamina D), estimular la formación de células (Vitamina A) y aportar agentes antioxidantes (Vitamina E) para mantener en un estado de salud óptimo el sistema inmunológico.
Ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre e impide la formación de coágulos, evitando trombos, infartos de miocardio o, incluso, infartos cerebrales.
(Fuente: http://www.sanoysaludable.com/el-aceite-de-salmon/)
GRASA MINERAL
ACEITES DE MENTOL
ACEITE DE ALCANFOR
ACEITE EUCALIPTO (Eucalyptus dives Schauer)
ACEITE DE CHAURA (Gaultheria phillyreifolia (pers)
Sleumer)
LANOLINA
ACEITE DE TORONJILES (Melissa oficinalis L.)
ALCANFLOR
GOMA DE OCOTE-(Pinus teocote Schiede ex Schltdl.& Cham.)
ACEITE DE ROMERO (Rosmarinus officinalis L.).